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En el caso de la Reforma de la Educación Peruana, por ejemplo, que era visualizada como una forma estructural, paralela y complementaria a las otras transformaciones sociales y económicas del país, puede señalarse que en sus primeros años de implementación, cuando aún no se produjeron los problemas económicos y sociales que limitaron su puesta en marcha, los esfuerzos en materia de planificación fueron substanciales. En el caso de la educación de adultos, la implementación de las modalidades de educación básica laboral, calificación profesional extraordinaria y extensión educativa, pretendía ofrecer al adulto diversas alternativas no tradicionales de educación, especialmente a través de programas no escolarizados, valorizando la autoeducación, el interaprendizaje y promoviendo la conscientización y participación de los diversos grupos sociales de la población. Como formas operativas de hacer realidad los planteamientos de la reforma se estructuraron e iniciaron los programas de alfabetización integral (ALFIN); de educación inicial no escolarizada (PRONOEI), para atender no solamente a los niños hasta los seis años, sino también a los padres de familia y a los miembros de la comunidad, como forma de hacer activa la presencia de los adultos en este nivel educativo; de implementación de las Unidades de Instrucción (U1) en las empresas y diversos sectores de la administración pública, con participación de los trabajadores en la orientación y planificación de su propia calificación profesional; de educación básica laboral no escolarizada (PEBAL); de extensión educativa, entre los que cabe citar al programa UNITARIA para la promoción de la participación de las organizaciones de base en la gestión y organización de sus propios programas de educación, partiendo de sus necesidades, intereses y problemas y aprovechando los recursos de la comunidad con potencial educativo; el proyecto de divulgación de la ciencia y tecnología a través de los Museos Dinámicos y la utilización de los medios de comunicación social; los Talleres de Comunicación para promover la interacción, el interaprendizaje y la reflexión en grupo; los programas de teleducación y otros que configuraban un nuevo perfil de la educación de adultos. |
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